Aunque pueda parecer una pregunta absurda, las funciones de un hospital van mucho más allá de diagnosticar y tratar las enfermedades de la población. De hecho, el cometido de los centros hospitalarios incluye una amplia gama de funciones que abordaremos en este artículo.
- Prevención: El objetivo principal de los centros de salud no es tratar enfermedades, sino evitar que lleguen a producirse. Este es el cometido de la prevención: reducir la aparición de patologías, detectarlas en la fase más temprana posible y tratarlas de forma incisiva para evitar que se compliquen. Muchos hospitales incluyen planes de prevención específicos, como los programas de cribaje poblacional.
- Investigación: Investigar es fundamental para que la ciencia avance, y en ello los hospitales cumplen una función imprescindible. En estos centros no sólo se investiga acerca de las causas y tratamientos de las enfermedades, sino también acerca de la forma de implantar medidas, dirigir y gestionar servicios, ahorrar recursos sin perder en calidad, etcétera.
- Docencia: Transmitir el conocimiento a las futuras generaciones de profesionales es una parte imprescindible de asegurar la calidad en la atención. En los hospitales – y muy especialmente en los hospitales universitarios – se lleva a cabo esta función de docencia y formación a los jóvenes profesionales, que aprenden de primera mano sus oficios.
- Asistencia: La función más clásica de los hospitales, y la que todo el mundo conoce: diagnosticar y tratar de forma adecuada y efectiva las enfermedades. En función del nivel de complejidad del hospital, contará con unas u otras prestaciones y especialidades médicas.
- Rehabilitación: Muchas enfermedades no tienen un tratamiento inmediato, y en muchos casos el paciente precisa de un periodo prolongado para volver a adaptarse a su vida previa. Esta es la función de la rehabilitación, que muchos hospitales incluyen entre sus servicios.
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