Cuando uno tiene una afección médica que precisa de tratamiento, una de las primeras incógnitas es decidir a qué hospital acudir en busca del tratamiento necesario.
¿Realmente hay que ir?
La primera incógnita que debemos plantearnos es si nuestra enfermedad o molestia realmente precisa de acudir a un especialista médico. En la situación en la que nos encontramos en la actualidad, con la pandemia por coronavirus saturando los servicios de salud, es importante hacer un uso racional de nuestros recursos sanitarios. En muchos casos una, visita convencional a un ambulatorio o centro de salud primaria será suficiente, al menos en un primer momento, para que los profesionales que ahí nos atiendan puedan remitirnos al mejor especialista para nuestro caso.
Asumiendo que debamos acudir a un hospital, es posible que nos preguntemos con qué especialidades médicas cuenta cada centro sanitario. De nada serviría acudir a un hospital que no cuente con un servicio de cardiología si lo que precisamos es una revisión cardiológica (por ejemplo, para participar en una competición deportiva).
¿A qué especialista visitar?
La mayoría de centros médicos cuenta en su página web con un directorio de toda la plantilla del centro. En ella, no solo podremos consultar las especialidades disponibles en el hospital, sino que en muchos casos podremos averiguar también el nombre de los médicos que trabajan en ellas. Esto es especialmente útil si buscamos un servicio muy concreto o queremos que nos atienda un doctor en especial (ya sea porque nos lo han recomendado o porque hemos tenido trato previo con él o ella).
Precio de los servicios
Otro factor a tener en cuenta es si se trata de un hospital público o privado. En el caso de que sea un hospital público, es posible que no podamos solicitar una cita directamente, sino que previamente un médico de atención primaria nos haya tenido que derivar a él: de poco servirá presentarnos en persona en el hospital, a menos que deseemos acudir a un servicio de urgencias. En el caso de los hospitales privados, en cambio, a menudo es posible solicitar directamente una cita previa con un profesional.
Sin embargo, las consultas y las intervenciones en este tipo de hospitales son pagadas directamente por el paciente, y en muchas ocasiones la factura puede ascender bastante (especialmente si precisamos de servicios muy especializados o grandes intervenciones). Una excepción son aquellos hospitales que prestan servicio a mutuas médicas, ofreciendo convenios a sus usuarios que rebajan o incluso eliminan el precio a pagar por las consultas y procedimientos. En caso de disponer de una de estas mutuas, se puede consultar en su sitio web el directorio de centros médicos adscritos, para no llevarse luego sorpresas con la factura.
Sea cual sea la consulta o procedimiento médico que necesitemos, es importante hacer un buen trabajo previo para informarse del hospital o centro al que debemos acudir.
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